A lo largo del siglo XIX, el cambio en la estructura productiva, la revolución industrial y el liberalismo económico, supusieron en toda Europa y con algo de retraso en España, el desmantelamiento del anterior sistema gremial, tanto en lo relativo al papel que dichos gremios habían tenido como forma asociativa y de regulación del mundo de la producción, como en lo referente a la normativa de trabajo que de ellos emanaba.

Todos estos cambios, si bien hicieron ganar en eficacia al sistema productivo industrial, desmantelaron el precario equilibrio existente. Se produjo un aumento considerable en el número de personas que vivían exclusivamente de las rentas de su trabajo y que quedaban desamparadas cuando, por enfermedad o accidente, perdían su única posibilidad de supervivencia: su capacidad para trabajar. Fueron años, sobre todo en Europa, de revolución y violencia, de nuevas organizaciones obreras que se enfrentaban a estructuras nacionales y económicas deshumanizadas.

     Ante este estado de cosas, las reacciones de cada sociedad y cada Estado fueron muy diferentes en el tiempo y en las formas. Uno de los casos más significativos e influyentes, se dio en la muy industrializada Alemania del Canciller Bismarck. En este país, con el fin de frenar el incipiente movimiento revolucionario y  al mismo tiempo que se dictaban leyes claramente represivas, se llevaron a cabo notables reformas en la legislación social, iniciativas que, posteriormente, servirán de referente a las de otros países, como ocurrirá con el nuestro. Entre otras, se promulgará la Ley del Seguro de Enfermedad de 1883, la de Seguros de Accidentes de Trabajo en la industria en 1884, la Ley del Seguro Social de Vejez e Invalidez de 1889, y la Ley de Mejoras del Mundo del Trabajo de 1891, con aspectos tan novedosos para la época como el derecho al descanso dominical.

     Estos cambios, aun cuando se limitaron a la protección aislada del trabajador industrial (que era quien, al tener un salario más seguro y elevado que el resto de trabajadores, ofrecía mas garantías de poder pagar su contribución para que el sistema funcionara correctamente), supusieron un cambio trascendental en los planteamientos de protección social y de la salud, por cuanto fue el comienzo del desarrollo de una nueva concepción de la previsión que con los años evolucionaría hacia los modernos Sistemas de Seguridad Social.