Un objetivo persistente a lo largo de toda la historia de la Mutua había sido el poder contar con un Hospital que cubriese perfectamente las necesidades sanitarias de sus asociados y las prestaciones cada vez más especializadas que los accidentados demandaban. Al mismo tiempo, se  hacía evidente la exigencia de que todos esos equipamientos sirviesen no únicamente para el momento traumático del accidente sino también durante el periodo de rehabilitación posterior.

Para conseguir dicho objetivo, ya a mediados de los años 60, se empezaron a buscar los terrenos más idóneos donde ubicar las nuevas instalaciones.  Con este fin, y siendo Presidente D. Mariano Orcao Planas, el 30 de julio de 1968 se firma la escritura de compraventa de un terreno en la antigua carretera de Huesca, a las afueras de Zaragoza, pero bien situado pensando en los futuros ejes de comunicación.

      Tras este paso imprescindible y ya bajo la Presidencia de D. Máximo García Vela, comenzó la ardua tarea de negociar con el Ministerio de Trabajo de la época la autorización para edificar el Centro de Rehabilitación, así como la de planificar un Centro que se quería modélico.

      Para llevar a cabo la tarea y para solucionar los múltiples problemas urbanísticos, económicos y de planificación de espacios y equipamientos que este tipo de actuación lleva consigo, se consiguió y fue fundamental, el trabajo en común de toda la estructura de la Mutua, comenzando por el Presidente, el Director o el que sería su primer Administrador (D. Jesús Longares), hasta los responsables de los distintos Departamentos y Servicios, junto al conjunto de sus trabajadores.