1928-1936
NUEVA SEDE. SANCHO Y GIL
Consolidación en un entorno social convulso.

      Los “felices años 20” estaban terminando, aún se vivía del balón de oxígeno que para parte de la economía había supuesto la neutralidad de nuestro país en la I Guerra Mundial y todavía, en 1928, el Rey Alfonso XIII inaugura la línea férrea Zaragoza - Pau por Canfranc, terminaban por fin las obras del Viaducto de Teruel (en 1929) y abría sus puertas en Zaragoza el emblemático Grupo Escolar Joaquín Costa dotado de las instalaciones más modernas de la época para un centro educativo.

“ El conocido crack del 29 marcó el inicio de una crisis económica que rápidamente se extenderá por toda Europa”

Pero este final de década se cerrará abruptamente con el conocido “crack del 29”, que pese a afectar inicialmente a la bolsa de Nueva York, marcó el inicio de una crisis económica que rápidamente se extenderá por toda Europa. El año 1930, además de traernos la mala noticia del fallecimiento, en abril, de Basilio Paraíso, uno de los principales impulsores de nuestra Mutua,  será también el del inicio de seis años de graves enfrentamientos políticos que dividirán profundamente la sociedad española. Tras la dimisión ese mismo año del general Primo de Rivera, el posterior triunfo electoral de los partidos republicanos, y la proclamación en 1931 de la II República, no conseguirá apaciguar el clima de violencia.

      A partir de entonces, se producirá la alternancia en el Gobierno de grupos ideológicamente muy enfrentados, el número de protestas sociales y laborales aumentarán todos los años hasta que en la primavera de 1934 culmine con una de las huelgas generales más duras que se recuerdan en Zaragoza. Esta huelga, se eternizará a lo largo de treinta y tres días debido no solo a la ausencia de diálogo entre las partes, sino a la pasividad y falta de mediación de las autoridades. Cuando por fin termine el panorama será desolador, una mayoría de los trabajadores quedarán fuertemente empobrecidos y muchas de las pequeñas y medianas empresas zaragozanas arruinadas. También ese mismo año, marcado por la revolución de Octubre y la proclamación del estado de guerra en toda España, será el del fallecimiento de los aragoneses Ramón y Cajal y Pablo Gargallo.

      Todo este estado de cosas nos llevará a 1936, año del triunfo electoral del Frente Popular y de la aprobación en el Congreso de Caspe de las bases para un estatuto de autonomía de Aragón, pero sobre todo año en el que dará comienzo la cruenta guerra civil, en la que jugará un papel relevante la fábrica metalúrgica del ex-presidente de la Mutua Ramón Mercier, ya que en los primeros momentos de la contienda será la principal proveedora de munición para las fuerzas sublevadas.
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