CAMBIO TECNOLOGICO Y RIESGOS PSICOSOCIALES
Dña. María
Escoda Palacios
Técnico de PRL del Área de
Actividades Preventivas
En la actualidad, diversos
estudios en prevención de riesgos laborales nos muestran
datos suficientes sobre las consecuencias del cambio
tecnológico de los últimos años, en la salud de los
trabajadores.
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Daños
físicos, psicológicos y sociales, especialmente relacionados con
el abuso de las tecnologías de la información y de la
comunicación, conocidas también como TIC.
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Las TIC han evolucionado
vertiginosamente en el ámbito laboral, y a día de hoy podemos
confirmar que forman parte de nuestra vida cotidiana en todos
los escenarios posibles: personal, laboral, social,… Esta nueva
realidad requiere de un análisis profundo de los riesgos
psicosociales presentes en nuestras organizaciones
EL SÍNDROME DE FATIGA INFORMATIVA,
conocido también como “DATA SMOG”, es uno de
ellos. El exceso de información que recibimos por
el uso de internet, redes sociales, correo electrónico, teléfono
móvil,…puede generarnos una sobrecarga de información.
LOCURA MULTITAREA o MULTITASKING
MADNESS. El
ritmo de trabajo que el uso de las TIC implica, puede
ocasionarnos una percepción de altas demandas y de pocos
recursos para hacer frente a éstas, especialmente relacionados
con la falta de tiempo; cuando las percibimos como tareas
urgentes e importantes, que debemos resolver de inmediato.
- PROBLEMAS
INFORMÁTICOS. ¿Quién no ha
estado expuesto a una situación desesperante, derivada de
averías, pérdida de datos, lentitud o caídas de red,…? La
adaptación a este tipo de situaciones requiere de grandes dosis
de flexibilidad y de paciencia por nuestra parte; para no caer
en una situación de bloqueo; especialmente si el resultado de
esa incidencia puede ser trascendente para la organización.
SINDROME DE ESTAR QUEMADO.
Cansancio emocional, desgaste, irritabilidad, despersonalización,...
son los efectos de una exposición continuada a
situaciones de estrés relacionadas con trabajos de contacto con
clientes, pacientes, usuarios… donde
puede existir una alta, intensa y exigente demanda por parte de
éstos, y una percepción de los
profesionales de limitación de los recursos frente a dichas
demandas.
En definitiva, la elevación
de nuestros niveles de activación fisiológica y el incremento de las
demandas de atención, nos pueden conducir a estados de gran
agotamiento cognitivo y físico.
A largo plazo, este desgaste
puede derivar en serios problemas de salud físicos y
psicológicos, mientras que nuestra capacidad de atención, toma de
decisiones, memoria y concentración,…
pueden ir disminuyendo, a la vez que nuestro rendimiento y nuestra
competencia en la organización.
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¿Pero qué
podemos hacer para la prevención de estos riesgos desde
el ámbito laboral?
§
Un diseño de las
tecnologías adaptado a las características del trabajador, y no
a la inversa, disminuirá la fatiga de adaptación a las nuevas
herramientas, así como el posible rechazo inicial del trabajador a
los cambios introducidos.
§
Facilitar un acceso
sencillo y progresivo a las TIC, teniendo en cuenta factores
como la edad y la predisposición al cambio, de la plantilla.
§
Fomentar entre los
trabajadores el uso adecuado de las tecnologías. La
sensibilización sobre los riesgos emergentes, puede dar herramientas
a los usuarios de las TIC para adoptar medidas como usuarios
tanto a nivel personal como profesional.
§
Cuidar el clima laboral de
nuestra empresa; si el ambiente de
trabajo es positivo y se percibe como satisfactorio, será un factor
atenuante de los niveles de estrés.
§
Favorecer el trabajo en
equipo y la comunicación entre los
miembros del mismo.
§
Dotar de un mayor grado de
autonomía a los trabajadores, a la vez que de recursos.
§
Adecuar la cantidad y
complejidad de las tareas, los ritmos de trabajo y el tiempo
necesario para desarrollar la actividad laboral de cada trabajador.
§
Crear espacios de
interacción e intercambio de información entre los trabajadores
de diferentes delegaciones, a través de chats, foros, vídeo
llamadas,…
§
Incentivar la colaboración
y cooperación entre compañeros de trabajo,
para prevenir la aparición de situaciones estresantes.
La clave para evitar estos
riesgos, en definitiva, consistirá en rediseñar las estrategias
orientadas a prevenirlos, teniendo en cuenta los cambios
tecnológicos y sociales a los que nos estamos enfrentando de forma
globalizada, sin olvidar los aspectos positivos que las TIC también
nos aportan.