o
La zona del cuerpo que protege:
cabeza, la cara, miembros superiores, miembros inferiores, y
otras partes como el tronco, la piel, etc. .
o
La actividad laboral que se
desarrolle: metalurgia, construcción, actividades sanitarias,
instalaciones eléctricas, trabajos de pintura, yeso, escayola,
etc. .
o
En función al tipo de riesgo
para el que ha sido diseñado: mecánico, eléctrico, térmico,
químico, físico, biológico, prendas, ropa de protección frente
al mal tiempo, trabajos en altura, etc.
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Para
conocer los equipos de protección individual concretos a
utilizar en cada puesto de trabajo, es aconsejable lógicamente
haber efectuado una evaluación adecuada de los riesgos de la
actividad a desarrollar, dependiendo siempre del lugar
particular dónde se desarrollará el desempeño final, de la
tarea encomendada. Es decir todos los lugares no son iguales,
por lo que cada nuevo emplazamiento, puede requerir de
diferentes Epi’s.
Se debe señalizar los lugares de trabajo, (existe una normativa
específica para su correcta señalización: Real Decreto 485/1997)
con señales, que informen sobre la exigencia de cada uno de los
diferentes Epi’s requeridos para garantizar un mayor grado de
seguridad del trabajador.
Los trabajadores utilizarán sus equipos siguiendo las
instrucciones contenidas en cada ficha informativa, realizada
por el fabricante, que debe acompañar cada Epi. Realizar una
atenta lectura de su contenido permite conocer el modo en el que
realizar un adecuado mantenimiento de los equipos, normas de
uso, fechas de caducidad de los mismos, normas de
almacenamiento, medias de limpieza, etc.
Es elemental realizar un chequeo atento de forma diaria y
siempre previo a su uso. De manera que se pueda sustituir o
desechar en caso de ser necesario, para garantizar la seguridad
constante a la hora de trabajar.
Deben permitir la utilización simultánea de varios equipos, de
manera que se mantenga su completa eficacia sin interferir unos
con otros.
Para garantizar que sirven de protección eficaz ante los riesgos
específicos para los que han sido diseñados, suele ser muy
importante saber colocarlos adecuadamente y cerciorarse de que
así ha sido. Por ejemplo los protectores del oído si no se
ajustan bien a la cavidad interna, pierden su eficacia contra el
daño para el que han sido diseñados.
Los Epi’s que suelen ser comúnmente utilizados en el gremio de
los pintores, serían los que a continuación se detallan:
-
o
Uso de máscaras
o mascarillas autofiltrantes para partículas y productos
químicos (pintura, disolventes), puesto que los trabajadores
están usando constantemente productos que pueden desprender
gases tóxicos. El tipo de mascarilla requerida dependerá
siempre de la información contenida en aquellos productos
utilizados. Se debe escoger en función al tiempo de
exposición, la cantidad y peligrosidad de la pintura, y si
se utiliza pistola, ya que la concentración y el nivel de
exposición a los gases nocivos, aumenta considerablemente
.
o
Gafas de seguridad
(gafas integrales). Evitarán salpicaduras innecesarias, e
irritaciones de los ojos por el polvo. A valorar otro tipo de
protectores tipo máscaras, ante el uso de pistolas, lijado de
superficies, enyesado.
o
Guantes de
seguridad frente a los riesgos químicos y mecánicos. Las manos
son una zona altamente expuesta a la pintura. Su uso evitará el
contacto directo perjudicial para la piel y aquellas lesiones
derivadas del manejo de determinadas herramientas.
o
Botas de
seguridad con puntera reforzada. Al poder trabajar sobre
superficies inestables, o cuando se cubren suelos para evitar
salpicaduras, existe alta posibilidad de caídas peligrosas para
el profesional, que un buen calzado puede proteger.
o
Cascos,
tapones auditivos, arneses (en tareas donde se requiera).
o
Ropa de
protección frente a trabajos exteriores expuestos a condiciones
climatológicas adversas .
o
Prendas
y medios de protección de la piel .